Es posible que algunos problemas de alimentación en l@s niñ@s sean de origen sensorial. Estos tipos de problemas son tratados por Terapeutas Ocupacionales especializados en el Enfoque de la Integración Sensorial. Y es que un peque con problemas de integración sensorial, tiene la dificultad de procesar los estímulos que le llegan desde el exterior, en este caso la comida, para tener una buena respuesta adaptada a dicho estímulo (el alimento).
Las dificultades en el procesamiento sensorial pueden afectar seriamente la alimentación de un@ niñ@. La alimentación de por sí, hoy en día, además de ser una actividad básica para sobrevivir, es un acto para socializar y establecer relaciones. Han pensado alguna vez, ¿Cuántos padres dejan de salir a comer a restaurantes porque sus hijos tienen pataletas por no querer comer, porque solo comen 4 tipos de alimentos o porque comer para ellos simplemente es una tortura?
La alimentación para que sea adecuada, además del componente nutritivo, requiere la coordinación de varios componentes, como habilidades motóricas (el saber masticar y mover la lengua dentro de la boca) cognitivas (ejecutar dichos movimientos en secuencias) y sensoriales (el reconocer, discriminar y adaptarse adecuadamente a las texturas, sabores, olores, densidades etc.)
Cuando hay un problema de desorden sensorial, existen varios factores que se pueden relacionar con la alimentación.

A nivel táctil:
Puede afectar la alimentación de dos maneras muy distintas. El o la niñ@ puede tener una hiperreactividad táctil (les molesta el tacto y reaccionan de manera exagerada a él). Esto, desde el punto de vista de la alimentación, se puede observar de la siguiente manera: rechazo a probar alimentos o texturas nuevas, come solo el mismo tipo de comida, cocinada de la misma manera, reacciones de miedo o desagrado al contacto con la zona oral de la boca, arcadas cuando encuentran la típica hebra en el potaje. A est@s niñ@s también es posible que les moleste el lavado de la cara y dientes. Los patrones de evitación, son únicos para cada individuo, aunque todas van a provocar estados de alerta y problemas conductuales.
Después nos encontramos los niños opuestos, con hiporeactividad táctil, que no son capaces de registrar los estímulos táctiles. Son los que necesitan una gran cantidad de estímulo para ser consciente de éste. Son los niños que comen en trozos grandes y llenan la boca totalmente de alimentos. No perciben cuando tienen la boca sucia o restos de comida en los alrededores. NO se dan cuenta cuando un alimento está muy caliente o salado.
A nivel propioceptivo:
El sentido de la propiocepción es el que nos da la información sobre la posición de nuestros músculos y articulaciones. Nos permite saber cómo movernos en el espacio, relacionarnos con el ambiente y qué cantidad de presión ejercer al manipular diferentes objetos. Si hay una disfunción a nivel propioceptivo, puede que observemos a niños con pobres habilidades orales motoras, son los que tendrán dificultades para graduar la apertura de la boca, para mover la lengua de manera coordinada para formar el bolo alimenticio. Pueden llegar a tragar el alimento sin apenas masticar o se llenan la boca con grandes cantidades de alimentos para poder masticarlos.
El principio de una buena digestión comienza con el masticado correcto de la comida. Por ello, los padres debemos ser muy observadores del proceso alimentario de nuestr@s hij@s de principio a fin.
Si piensas que tu peque tiene problemas para comer, puedes llamarnos por el 922 966359 o por el 690 203333 para que lo valoremos y, en caso de requerirlo, podemos ayudarle con nuestras herramientas de integración sensorial, a través de nuestras terapeutas ocupacionales