Diferentes partes de nuestro cuerpo (como nuestra piel, ojos y oídos) envían la información sensorial que reciben al cerebro, que la interpreta y unifica con otra información que nos llega al mismo tiempo. Además, la compara con información previamente guardada en nuestras memorias. Después, utiliza todos estos datos para responder a las demandas del entorno. En este sentido, podemos afirmar que la integración sensorial es esencial para todas las cosas que necesitamos hacer como: vestirnos, comer, socializar, aprender; entre otras actividades básicas y cotidianas.